Badajoz: 1936

Hoy 14 de agosto se cumplen 77 años de una de las peores masacres de la Guerra Civil, que acabó con la vida de cerca de entr 4.000 y 12.000 personas en la capital de la provincia extremeña de Badajoz. Uno de los hechos más despiadados de la guerra, que aún hoy sigue intentando ser acallado por los medios de comunicación.

Estos hombres, pocos de los cuales tenían ni tan siquiera el rango de soldado raso, eran, en gran parte, campesinos, que no mucho tiempo antes del estallido de la Guerra Civil, esperanzados, veían como las tierras que se habían repartido unas 6 o 7 personas eran ahora suyas, para poder labrarse un futuro para ellos y para su familia. Hecho que ocurrió gracias a la Ley de Reforma Agraria que llevó a cabo el Gobierno de la República Española.

Un futuro que se vio truncado por el plomo de los fusiles que, por orden del Asesino Mayor del Estado Francisco Franco y de su subordinado el Coronel Juan Yagüe, conocido como el Carnicero de Badajoz, dispararon contra ellos entre el 14 y 15 de Agosto de 1936 en la arena de la plaza de toros de la ciudad pacense. Estos hechos contaron, como no, con la bendición de la Iglesia católica, ya que el mismo arzobispo de Toledo, Isidro Gomá, que ocupaba el cargo de cardenal, dio la bendición a estos actos, y hasta el momento la Iglesia Católica aún no se ha retractado.

La repercusión de este acontecimiento alcanzó el panorama internacional. Destaca el periodista portugués Mário Neves  (posteriormente censurados por el régimen fascista de Oliveira Salazar), él y otros periodistas narraron escenas tales de horror que nos pueden arrojar algo de luz acerca de hasta donde alcanza la crueldad de los fascistas:

"Quiero dejar Badajoz cueste lo que cueste, lo más rápido posible y prometiéndome a mí mismo que no volveré nunca. Por mucho que me mantenga en la vida periodística, jamás se me presentará acontecimiento tan impresionante como el que me ha traído a estas tierras ardientes de España y que ha logrado destemplar completamente mis nervios".

Mário Neves
Agosto de 1936.

 

“Esta es la historia más dolorosa que me ha tocado escribir. La escribo a las cuatro de la madrugada, enfermo de cuerpo y alma, en el hediondo patio de la Pensión Central (…). Miles fueron asesinados sanguinariamente después de la caída de la ciudad. Desde entonces de 50 a 100 personas eran ejecutadas cada día. Los moros y legionarios están saqueando. Pero lo más negro de todo: la policía internacional portuguesa está devolviendo gran número de gente y cientos de refugiados republicanos hacia una muerte certera por las descargas de las cuadrillas rebeldes”.

Jay Allen (para el Chicago Tribune)

Agosto de 1936

 

 

"Alrededor de mil doscientas personas han sido fusiladas (…) Hemos visto las aceras de la Comandancia Militar empapadas de sangre (…) Los arrestos y las ejecuciones en masa continúan en la Plaza de Toros. Las calles de la ciudad están acribilladas de balas, cubiertas de vidrios, de tejas y de cadáveres abandonados. Sólo en la calle de San Juan hay trescientos cuerpos (…)".

Jacques Berthet (para el Journal de Genève)

15 de Agosto de 1936

 

Tras estos hechos nunca se realizó una investigación oficial, a pesar de que fue calificada por varias asociaciones de Derechos Humanos (entre éstas Amnistía Internacional) como Crímenes Contra la Humanidad y la ONU lo llegó a declarar como Genocidio. Sin embargo todos los archivos provinciales y municipales relacionados con la Masacre de Badajoz “desaparecieron” tras la victoria de los fascistas, y por ello, y por la dudosa legitimidad de la justica del Estado español aún no se ha hecho justicia con las víctimas, a pesar de las acusaciones de Genocidio y Crímenes Contra la Humanidad.

Desde Gazte Komunistak hacemos un llamado a que hechos como estos sean dados a conocer para humillación de los fascistas y para que la verdad de sus actos salga a la luz. También llamamos a que estas y otras tantas víctimas de la crueldad y barbarie del franquismo y otros tipos de fascismo no sean jamás olvidadas, para que así su muerte no haya sido en vano, sino que contribuyan a la creación de un mundo sin fascismo, sin autoritarismo y sin carnicerías.

Ni olvidamos, ni perdonamos.