Manifiesto 8 de Marzo

 

En un contexto como en el que nos encontramos, en el que se está produciendo un ataque directo al conjunto de la clase trabajadora, y en donde nuestros derechos se ven cada día más perjudicados, como podemos ejemplificar a través del último Real Decreto de febrero donde se plantea la reforma del mercado laboral, debemos de hacer un inciso en lo que esto significa para los derechos y conquistas de las mujeres.

Si ya de por si el panorama que se abre ante todos nosotros es escandaloso en cuanto a condiciones laborales, en el caso de las mujeres la situación es peor. La precariedad en el trabajo se convierte en norma.

Si partimos ya de una situación en la que las mujeres debemos trabajar en peores condiciones que los hombres, con casi un 30% menos de salario por el mismo trabajo, falta de protección social en muchas ocasiones, y haciendo frente al rol doméstico-familiar que carga sobre las mujeres todo el peso de las tareas domésticas, hecho que sigue siendo una constante en muchos hogares. En el caso de estar en desempleo, la situación de desigualdad se reproduce, recibiendo subsidios más bajos y menos duraderos, fruto de las peores condiciones del mercado laboral. A todo esto, debemos de sumarle otros retrocesos que buscan dar por tierra otros muchos logros de vital importancia.

Con declaraciones como las hechas por el Ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, en las que afirma su intensión de reformar la Ley de Salud Sexual Reproductiva e Interrupción Voluntaria del Embarazo, de acuerdo “al derecho a la vida según la doctrina ya definida por el Tribunal Constitucional”, podemos ver una de las medidas que no sólo atacan directamente a nuestra capacidad de decisión sobre nosotras mismas y sobre nuestras vidas, sino que además constituye una intromisión directa de la derecha así como de la Iglesia Católica, con el fin de quitarnos el derecho a decidir libremente sobre nuestro cuerpo.

Los recortes también se ciernen sobre las políticas de igualdad, lo que hace que servicios como viviendas destinadas a la acogida de víctimas de la violencia machista, centros de orientación, o la asesoría jurídica con la que se contaba, servicios que deberían mejorarse, nos encontramos con que se ven peligrar fuertemente, sin contar con el desmantelamiento del Instituto de la Mujer.

Por estos y otros muchos motivos, hoy y todos los días, desde Gazte Komunistak, queremos seguir luchando por una igualdad real. El sistema capitalista esta intrínsecamente unido al patriarcado,  acabemos con él.

Desde nuestra postura de igualdad entre hombres y mujeres, abogamos:

  • Por la igualdad salarial: A igual trabajo, igual salario. Si ya las condiciones a las que nos enfrentamos el conjunto de la población son verdaderamente penosas, el hacer frente a una desigualdad por sexo es aun más indignante, sinónimo de una época que tendría que formar parte del recuerdo y no ser de plena actualidad.
  • Aborto libre y gratuito: Tajante rechazo a una reformar la Ley de Salud Sexual Reproductiva e Interrupción Voluntaria del Embarazo, que lleve consigo un retroceso en la libertad de decisión de las mujeres sobre nosotras mismas. ¡Nosotras parimos, nosotras decidimos!
  • Erradicación de la violencia machista: Hace tiempo que lleva siendo hora de acabar con este mal social, los recortes sociales afectarán también en materia de protección a las victimas. En crisis, parece ser prescindible el Ministerio de Igualdad, y desde Ministerios como el de ¿Justicia?, se decidirá reformar (desmantelar) o no la ley del aborto. El fin de la violencia machista requiere una participación activa y contante del conjunto de la sociedad.
  • Por una educación no sexista: Pieza clave como elemento de socialización en valores que destierren la promoción de desigualdades entre hombres y mujeres. Fundamental en la concienciación para la igualdad, de gran importancia para la sensibilización de la sociedad, imprescindible para la transformación actual y futura

¡NI UN PASO ATRÁS!